¡Bienvenidos a un nuevo Vuelo! Aunque en mi último Vuelo por el Sudeste Asiático os introduje un poco este viaje, voy a volver hacer una pequeña introducción de ¿Por qué Bulgaria?
Después de 5 meses sin ver a mi familia y de un mes viajando sola por el Sudeste Asiático, me reencuentro con ellos en Bulgaria para hacer nuestro viaje invernal y que ellos disfruten de sus vacaciones.
¿Por qué Bulgaria? te estarás preguntando. Nuestra primera opción fue el Líbano; ya teníamos los vuelos comprados, pero cuando estalló el conflicto en Gaza y toda esa zona decidimos cancelarlo. Otra vez tocaba pensar un destino que no estuviese muy lejos, ya que ya habían hecho dos y tres viajes largos este año, además mi tío se iba a Senegal en unas semanas. Tocaba Europa para que todos tuviésemos buenas conexiones, pero que tampoco hiciera muchísimo frío y que no lo hubiéramos visitado con anterioridad. Se ponía complicada la cosa. Y así apareció la opción de Bulgaria.
Teníamos 9 días para descubrir el país, así que decidimos alquilar un coche y visitar las siguientes ciudades:
- Sofia: 3 días
- Plovdiv: 2 días
- Veliko Tarnovo: 2 días
- Koprivshtitsa: 2 días
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Día 1: Sofía
Después de 12 horas de vuelo volvía a Europa tras más de un año viviendo en la otra punta del mundo, Australia. Aunque me daba mucha pena irme; había sido un año increíble y me despedía de vivir en el extranjero y de las aventuras diarias que eso conllevaba. Volvía a casa, a mi gente y a poner en valor todo lo que había aprendido estos últimos años viviendo en Londres, Dublín y Sídney. Porque si había vivido en todos estos sitios era para poder volver a España y conseguir el trabajo de mis sueños.
Pero antes de empezar a sufrir… o no, con la búsqueda de mi futuro tocaba disfrutar en familia de mi vuelta y de un viajazo por Bulgaria que nos sorprendería a todos con este maravilloso país tan desconocido.
Llegábamos con una hora de diferencia al aeropuerto de Sofía, pero al retrasarse mi vuelo solo mi madre se quedó a esperarme mientras los demás iban adelantando.
Y ahí estaba, con los brazos abiertos y una sonrisa de oreja a oreja. Y yo que no podía aguantar las ganas de darle un achuchón. Nos fundimos en un abrazo que sabía a un ”por fin juntas, sin más despedidas”.
Cogimos el metro del aeropuerto a la parada Serdika donde teníamos el hotel. Un trayecto de 12 paradas y 26 minutos por un precio de poco más de 1 euro que se puede pagar directamente con el móvil o con la tarjeta de crédito. Estos dos primeros días de viaje nos íbamos a quedar visitando Sofía para aclimatarnos al tiempo y al cambio de horario. Al final del viaje volveríamos a pasar otro día entero en la ciudad.
Nos quedamos en el Grand Hotel Sofia; al lado del teatro Nacional y enfrente del City Garden, el parque más antiguo y céntrico de la ciudad y a escasos minutos de la calle principal, Bulevar Vitosha.
Después de hacer el Check In fuimos a por nuestro primer contacto con la ciudad y paseamos por el Bulevar y las calles colindantes para al final sentarnos a cenar en Shtaslivetsa Restaurant Vitoshka donde comimos increíblemente bien por muy buen precio ya que una Leva Búlgara son 50 céntimos de euro.

Aprovechamos para sacar dinero ya que no sabíamos si en las siguientes ciudades y pueblitos podríamos pagar con tarjeta, y optamos por el ATM Postbank ya que no cobra ninguna comisión.
De vuelta al hotel dimos con un mercado navideño en la plaza Garibaldi y nos tomamos un trdelník, el dulce de canela típico de Hungría, aunque yo lo rebocé en nutella para tener una digestión más ligera…
Día 2: Sofía
Primer día entero por Sofia. Fuimos a desayunar a la cafetería Costa que estaba enfrente del hotel.
Fuimos visitando los siguientes puntos de la ciudad:
Teatro Nacional Ivan Vazov: es el más antiguo e importante del país, de estilo neoclásico. Está situado en el centro de Sofía con la fachada principal orientada al City Garden y muy fotogénica. Un edificio espectacular.

Asamblea Nacional: Otro de los edificios apoteósicos que se encuentran en el centro de la ciudad. Bulgaria funciona como una democracia parlamentaria dentro de una república constitucional unitaria, por lo que esta asamblea es el órgano parlamentario unicameral que ejerce el poder legislativo y de control al gobierno.

Monumento a Santa Sofía: una enorme estatua de cobre y bronce se alza en el centro de la ciudad. Erigida en el año 2000 en el lugar que antes ocupaba una estatua de Lenin. Se consideraba que Sofía era demasiado erótica y pagana para llamarla santa, y la estatua sigue siendo muy controvertida. Lo cierto es que es muy kitsch; podrían haber prescindido de ella.

Mezquita Central de Sofía: La Mezquita de Banya Bashi también se encuentra en el centro de Sofía, justo enfrente del Mercado Central (nosotros no pudimos visitarlo porque estaba en obras). El templo fue construído a finales del siglo XVI durante el período de dominación otomana, lo que la hace una de las mezquitas más antiguas de Europa. Es famosa por su gran cúpula y por su minarete que puede ser visto desde algunas calles próximas. En la actualidad esta Mezquita es la única que sigue abierta al culto islámico en Sofía además está abierta al público por lo que entramos a visitarla.


Museo de Historia: antiguamente era el centro de baños termales más importante y único de Sofía. Nosotros solo lo visitamos por fuera ya que según habíamos leído es bastante prescindible.

Parque Tsentralna Banya: justo enfrente de la mezquita y del museo de historia se encuentra este parque desde donde hacer preciosas fotos de la mezquita.

Mercado de Zhenski Pazar: fue un gran descubrimiento de Sofía. No lo esperábamos. Un mercado típico local donde podías encontrar de todo: ropa, frutas, verduras de cosechas propias de los locales, souvenirs, artesanía, carne fresca, lácteos… El mercado está situado en la llamada Zona de Tolerancia debido a la proximidad de los templos de todas las comunidades religiosas oficiales de Bulgaria. Aquí se encuentran la iglesia de los Santos Cirilo y Metodio, la mezquita Banya bashi y la Sinagoga Central de Sofía.





Catedral de Sofía: si piensas en Bulgaria te viene rápidamente la imagen de la catedral de Sofía a la cabeza. Pero si ya parece impresionante de solo imaginarla, en persona asombra mucho más. Es una de las sesenta catedrales cristianas más grandes del mundo, de estilo neobizantino mide 72 metros de largo, 42 metros de ancho y 52 metros de alto, con capacidad para 10.000 personas.

Iglesia Rusa de Sant Nicholas: justo al lado de la catedral. Fue construida en el emplazamiento de la mezquita de Saray, la cual fue destruida en 1882 tras la liberación de Bulgaria por los rusos de los otomanos. Se construyó para ser la iglesia oficial de la embajada rusa que se encontraba situada en una puerta próxima y para la comunidad rusa de Sofía.

Después de todas estas visitas y un paseo muy agradable por la ciudad fuimos a reponer fuerzas a una cadena de restaurantes que habíamos ido viendo por la ciudad y siempre llenos de gente, Happy Grill. La verdad que fue muy buena elección, todo tipo de comida y con muy buen servicio. Aunque nos habían recomendado el restaurante Izbata Tavern de comida local, al final nos fuimos sin probarlo.
Después de descansar en el hotel decidimos ir dando un paseo por la zona oeste de la ciudad hasta el Centro Comercial de Sofía y hacer alguna compra local. Es el centro comercial más importante de Sofía, está a 10 minutos de la estatua de Sofía, pero no merece la pena ni por las compras ni por el ambiente (quizá influyó que era el 24 de diciembre).
Celebramos Nochebuena en familia y nos fuimos a descansar para empezar la aventura en coche por Bulgaria.
Día 3: Sofía – Plovdiv
Desayunamos y fuimos al aeropuerto a por el coche de alquiler. Nuestro siguiente destino sería Plovdiv. Habíamos esperado hasta el final para decidir el recorrido del viaje ya que no queríamos meternos en carreteras con nieve o hielo, pero el cambio climático nos resolvió el tema: tuvimos un tiempo soleado, templado y precioso.
El recorrido de Sofía a Plovdiv es de 150 km, unas 2 horas. Al salir de Sofía teníamos nuestra primera parada en la iglesia de Boyana, una iglesia ortodoxa búlgara medieval y Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1979. Pero para nuestro pesar estaba cerrada debido a que era el día de Navidad.
Llegamos a Plovdiv y mientras unos recogían las llaves y dejaban las maletas en el AirBnb que teníamos en la calle Konstantin Stoilov, en pleno centro de la ciudad, otros iban a aparcar o a intentarlo porque no fue para nada fácil. Después de una hora conseguimos aparcar a las afueras de la ciudad.
Y directos a buscar sitio para hacer la comida de Navidad, pero con el mismo resultado, todo lleno. Al final acabamos en un italiano, Gusto Restaurant donde tardaron más de 45 minutos desde que trajeron el primer plato y en servirnos a todos. No habíamos empezado con muy bien pie en la ciudad.
Plovdiv es la segunda ciudad más poblada de Bulgaria y se encuentra entre las 5 ciudades más antiguas del mundo y la primera en Europa. Se han conservado algunas de los mejores logros de la arquitectura revival búlgara: fortalezas, edificios públicos, antiguo anfiteatro, acueducto romano y mucho más… por lo que aparte del centro de la ciudad, está el casco histórico a apenas 10 minutos.
Por la tarde fuimos a pasear por la calle principal Knyaz Alexander I y por un conjunto de callecitas que estaban muy animadas por la tarde-noche: Hristo Dyukmedzhiev, Zagreb y Pavel Kurtevich. Y cómo estábamos cerca, cruzamos la avenida Tsar Boris III Obedinitel para una primera inmersión en el casco antiguo, donde apenas sin gente pudimos disfrutar de sus calles empedradas y bellísimas construcciones de “renacimiento bulgaro”; este estilo, además de muy bello, es muy original (influencias otomanas, rusas, mediterráneas…)

Día 4: Plovdiv
Tocaba volver al casco antiguo de Plovdiv para intentar verlo con tranquilidad y sosiego. Las paradas que fuimos haciendo, entre restos arquitectónicos de hace milenios y casas representativas del Renacimiento búlgaro, fueron alguna de las siguientes (no pudimos verlo todo debido a que era festivo y algunas estaban cerradas):
Teatro romano de Plovdiv: para ver las principales atracciones tienes que comprar un ticket para entrar en los lugares más emblemáticos de la ciudad antigua y cuesta unos 7€. En su origen tuvo capacidad para entre 5000 y 7000 espectadores y en la actualidad sigue en uso gracias a su buen estado de conservación

Casa de Balabanov: La casa fue construida a principios del siglo XIX por un rico comerciante.

Museo Etnográfico Regional: alberga una colección de más de 40.000 artefactos pertenecientes a disciplinas como agricultura, artesanía, telas, vestimenta, mobiliario, instrumentos musicales, artefactos religiosos y obras de arte.

Casa de Nedkovich: de 1863, tras atravesar un precioso patio repleto de árboles encontramos la casa que se conserva tal y como era cuando se vivía en ella.
Casa de Veren Stambolyan: una de las casas más bonitas que se conservan en Plovdiv, construida a mediados del siglo XIX y con una decoración en blanco y azul que le da un aire mediterráneo. Acoge la exposición permanente de un pintor de la ciudad, Dimitar Kirov.
Casa-museo Klianti: de mediados del siglo XVIII, es una de las residencias más antiguas que se conservan y una de las primeras casas asimétricas de la ciudad.
La Farmacia Hipócrates: narra los inicios de la farmacia moderna en Bulgaria. Está en perfecto estado y te transporta a la época de finales del Imperio Otomano y las primeras décadas de la Bulgaria recién liberada.


Casa de Lamartine: casa barroca que acogió a Alphonse de Lamartine durante tres noches en julio de 1833 durante la redacción de su Viaje a Oriente. Hay un pequeño museo dedicado al escritor.
Casa de Hindliyan: de 1834, representa una de las pocas casas de Plovdiv que han conservado su diseño simétrico original. Su propietario es conocido como el fundador de una de las cuatro familias más ricas de ascendencia armenia. Fue un destacado comerciante, cuyos negocios a principios del siglo XIX le enviaban con frecuencia hasta la India, por lo que se ganó el apodo de Hindliyan.






Casa-museo de Atanas Krastev: casa del difunto alcalde de Plovdiv, Atanas Krastev, que conserva un comedor, una sala de estar y un estudio.
Puerta Hisar Kapia: puerta medieval del siglo XI. Es una de las tres entradas a la acrópolis de la antigua Plovdiv.

Iglesia de San Constantino y Santa Elena: Se considera una de las iglesias más antiguas de la ciudad ya que fue construida en 337 aunque a lo largo de los años ha sido destruida y reconstruida varias veces. El edificio actual se construyó en 1832 con un gran iconostasio tallado en madera y donde pudimos ver como lo estaban restaurando.

Casas de antigüedades: Repletas de artículos de todas las épocas, encontramos un buen recuerdo para llevarnos a casa. Gran variedad de objetos viejos, antiguos, tradicionales, artesanos… a muy buen precio.

A parte de todas estas paradas, el paseo es apoteósico entre todas estas joyas:








A mitad mañana nos gusta siempre parar a tomar un café y esta vez lo hicimos en Rahat Tepe, un restaurante-cafetería con unas vistas de la ciudad increíbles y que nos habían recomendado nuestros amigos José Maria y Noemí.


Para comer fuimos a un Libanés que había justo debajo de casa, Mayriges Lebanese Cuisine. Ya que no habíamos podido ir al Líbano, el Líbano venía a nosotros. Y la comida fue espectacular.
Yo que soy muy de postres y siempre me dejo un huequito, había visto que en nuestra misma calle había una cafetería turca que estaba siempre a rebosar con unos dulces turcos espectaculares. Así que fuimos allí a por un delicioso remate.
Después de un merecido descanso fuimos a recorrer los puntos claves del centro de Plovdiv:
- Mezquita Dzhumaya: templo islámico ubicado en el centro, construido en 1364 tras la conquista de Plovdiv por el Imperio otomano.
- Estadio romano de Trimontium: Justo al lado de la mezquita se encuentra parte de este antiguo estadio romano construido en el siglo II.
- Estatua de Milio: es una estatua de bronce en tamaño natural que se encuentra en la calle principal y de la que la historia dice que era una persona inteligente, pero otros dicen que era un loco y que pasa los cotilleos de unos a otros, por eso hay que decirle tus deseos al oído para que se cumplan.
- Odeon romano: fue descubierto en 1988 y era la casa del consejo de ciudadanos de la antigua Plovdiv.
- Basílica menor: es un edificio muy moderno que alberga en su interior restos de la basílica. Pensamos que igual podíamos entrar con los tickets que habíamos comprado por la mañana pero solo incluía las atracciones de casco antiguo. Así que solo lo vimos desde la puerta.
- Jardín del zar Simeón: el gran parque del centro de la ciudad. Fue creado en 1892 para la Primera Feria Internacional de Bulgaria. Cuenta con unas Fuentes Cantantes con luces de colores y agua que nosotros no vimos en funcionamiento, en su lugar lo habían llenado todo de luces navideñas.
Y con una idea muy amplia de lo que fue y de lo que es Plovdiv hoy en día, cenamos y fuimos a descansar para visitar una nueva ciudad.
Día 5: Plovdiv – Veliko Tarnovo
213 kilómetros y casi 3 horas de viaje separan Plovdiv de Veliko Tarnovo. Veliko Tarnovo es el centro cultural del norte de Bulgaria, atesora un gran patrimonio histórico de gran valor y es nombrada como la capital de los zares medievales de Bulgaria.
Fuimos directos al Yantra Grand Hotel donde nos hospedaríamos las siguientes dos noches y donde pudimos aparcar el coche en la puerta sin problema. Como era la hora de comer fuimos al restaurante Shtasliveca que es el mejor valorado de la ciudad con más de 11.000 reseñas positivas.
Nos tocó esperar unos 5 minutos en la puerta hasta que nos llevaron a una terraza cerrada con vistas a la ciudad. El restaurante tiene dos pisos por lo que aunque haya cola suele ir muy rápido. Todos optamos por un plato de carne, pero yo me quedo con el mío de Musaca. Es un plato tradicional de los Balcanes a base de berenjena con carne y estaba espectacular. Se me hace la boca agua solo de recordarlo. De postre pedimos la tarta de la casa y para chuparse los dedos también.

Por la tarde paseamos por la calle principal Stefan Stambolov y por General Gurko una callecita con mucho encanto y muy fotogénica, hasta llegar a la Galería Estatal de Arte de Veliko Tarnovo que es una de las más antiguas y ricas del país. Fundada en 1934, la galería recoge obras de artistas búlgaros y muestra el desarrollo del arte búlgaro a lo largo de los años.






Justo al lado está el monumento a la dinastía Asen. La familia Asen fundó una poderosa dinastía y gobernó Bulgaria durante un siglo. El monumento mira hacia el río Yantra y el casco antiguo. Las estatuas representan a los cuatro primeros zares Asen: Iván, Pedro, Kaloyan y Asen II. Cada zar empuña una espada sobre un caballo erguido sobre sus patas traseras. Los 4 rodean una enorme espada que apunta al cielo.

Volvimos paseando al hotel a disfrutar de la piscina y del jacuzzi, y a cenar al lado de unos ventanales con vistas a la fortaleza de Trapezitsa.
Día 6: Veliko Tarnovo
Hoy por la mañana tomábamos el coche para visitar Arbanasi y el puente del obispo.
Arbanasi está situado a 4km de Veliko, cuenta con 300 habitantes y está declarado Patrimonio Mundial por la Unesco. Sus orígenes se remontan a finales del siglo XV, cuando un grupo de cristianos del sur fundaron el pueblo. El siglo XVI fue la época dorada del pueblo ya que fue la residencia de verano de los zares búlgaros.
Visitamos la Iglesia de la Natividad de Cristo que desde el exterior los muros de piedra impiden adivinar las espléndidas escenas religiosas que aguardan en su interior. Además es muy curiosa ya que pese a su planta rectangular posee una laberíntica distribución de sus estancias. Pero sin duda lo que más nos sorprendió es que cada centímetro de la iglesia se encuentra decorado y a diferencia de otras iglesias podemos encontrar a parte de las pinturas bíblicas tradicionales, el árbol de Jesé, imágenes de antiguos filósofos y poetas griegos, como Homero, Aristóteles o Platón y hasta el horóscopo. El precio por persona es de 5€.


En el viaje de vuelta paramos en el Puente del Obispo. Tiene cimientos de piedra y una estructura con viga de madera en la parte superior, y su nombre se debe a que está cerca de la diócesis de Tarnovo. Hicimos unas fotos maravillosas desde aquí.




Dejamos el coche en el hotel y fuimos andando a la joya de la corona, la imponente Fortaleza Tsarevets. Aunque ha sufrido estragos a lo largo de los siglos, los restos de torres fortificadas, la muralla, edificios civiles e iglesias, permiten imaginar el poder que ejercieron los zares búlgaros en la Edad Media. Las vistas con el dron son sencillamente espectaculares.





Era la hora de comer y adivinad dónde fuimos, efectivamente volvimos al restaurante Shtasliveca. Hoy decidimos cambiar de plato aunque me hubiese vuelto a comer la Musaca. Me decanté por una ensalada, para ir más ligera, que estaba riquísima.
Por la tarde paseamos por otra de las calles comerciales y peatonales que empezaba o terminaba enfrente del hotel. La calle Rakovski es un tramo para pasear y hacer compras de productos típicos u obras de artesanos. Además proliferaron posadas, panaderías y talleres.
Para terminar el día lo mismo de la noche anterior, piscina y cena con vistas.
Día 7: Veliko Tarnovo – Koprivshtitsa
Última parada antes de volver a Sofía. El viaje iba llegando a su fin, pero ya no sentíamos esa pena de separarnos porque ahora todos volvíamos juntos a casa.
De Veliko a Koprivshtitsa hay 185 km y 3 horas de viaje. Desayunamos en el amplio bufet del hotel y pusimos la directa a nuestro nuevo destino.
Está situada en el centro del país y es conocida por su auténtica arquitectura búlgara ya que cuenta con un gran número de monumentos arquitectónicos de época, 383 en total, la mayoría de los cuales han sido restauradas a su apariencia original. Además en este pueblo desde 1965 se celebra cada 5 años el Festival Nacional de Folclore búlgaro.
Para entrar al pueblo con coche no os fiéis de Google Maps puesto que os puede meter por calles excesivamente estrechas y éste es un pueblo que se encuentra en la falda de la montaña y que las temperaturas aquí son mucho más bajas; nosotros nos encontramos con nieve y placas de hielo. Por lo que meter un Audi A7 por ahí no fue la mejor opción.

Después de dejar las maletas fuimos a dar una pequeña vuelta por las solitarias calles con cuidado de no resbalar aunque ya os adelanto que alguno falló en el intento. Dimos con el restaurante Diado Liben, una casa típica búlgara con comida típica y música que podría ser sacada de mi Playlist. Aquí probamos las famosas Meatballs entre otra comida local.
Por la tarde vimos lo más destacable:
Casa Museo Oslekova: de 1856, desde la calle es imposible distinguir la casa, pero una vez cruzas la gran puerta de madera se abre ante ti una de las casas más bonitas y originales.


Casa Museo Todor Kableshkov: aquí nació uno de los revolucionarios búlgaros, Todor Kableshkov. Para la construcción de esta casa se tomó como ejemplo el estilo de las casas viejas en Plovdiv.

Iglesia Sveta Bogoroditsa: con una fachada azul muy característica, la vimos solo desde fuera ya que estaba cerrada.

Campanario: paseando nos encontramos con un campanario, al que algunos nos atrevimos a subir por escaleras de madera de dudosa fiabilidad y de donde habían unas vistas espectaculares del pueblo.






Nos dejamos perder por los callejones empedrados del pueblo mientras descubrimos cada uno de sus rincones.










Día 8: Koprivshtitsa – Sofía
Recogimos el equipaje y salimos hacia Sofía. Desayunamos por el camino. Devolvimos el coche en la calle del hotel y fuimos a terminar de patear Sofía y conocer más rincones. Entre ellos el complejo cultural Ancient Serdika y es que los restos de la antigua fortaleza romana, casas, alcantarillado y cerámicas fueron halladas durante la construcción de la estación de metro Serdika.






Para comer no innovamos, fuimos al Happy Grill a por una buena hamburguesa.
Por la tarde aprovechamos para visitar por dentro la Catedral de Sveta-Nedelya, una iglesia ortodoxa que se encuentra al principio de la calle principal de Sofía.



También vimos por fuera el Palacio Nacional de la Cultura y el parque con su mismo nombre. Muy prescindible.



Y terminamos en la Iglesia de Sveti Georgi, la iglesia paleocristiana está considerada el edificio más antiguo de la Sofía moderna y pertenece a la Iglesia Ortodoxa Búlgara. Tiene una estructura cilíndrica con cúpula construida sobre una base cuadrada y está escondida entre los edificios. Al salir dimos con el cambio de guardia de los soldados, ataviados con uniformes rojos y blancos del siglo XIX, que custodian día y noche el edificio de la Presidencia de Sofía, no lo sabíamos pero se realiza cada hora en punto en la puerta principal del edificio en la calle Lege.


Día 9: Sofia – Castellón
Y aquí se acaba mi viaje de 5 semanas por el mundo. Nuestro vuelo salía a las 13.00h de Sofía a Barcelona y luego teníamos que ir hasta Castellón.
Y yo sin saberlo volvería en un par de semanas a Barcelona, para quedarme.
CONCLUSIONES:
De forma general considero que hay que hacer una valoración bastante positiva de este viaje. Los aspectos más importantes a destacar serían los siguientes:
- Los precios en general se encuentran por debajo de los de España:
- El metro cuesta aproximadamente 1 euro cada viaje.
- Una comida completa y a la carta puede salir de 15 a 20 euros.
- El coche por 5 días nos costó 160 euros aproximadamente (aunque aquí matizaré después).
- Los hoteles nos salieron por una media de 60 o 70 euros la noche. Recuerdo que estuvimos en plena semana de Navidad lo cual puede influir a que estos precios sean más altos de lo habitual.
- Sofía es una ciudad que se ve en 2 días con total tranquilidad. Tiene la calle principal, una calle bastante comercial y animada, y aparte, está la parte más monumental donde están La Catedral, la iglesia Rusa, los museos más importantes, los teatros… Puesto que estuvimos más de 3 días anduvimos por lugares que no formaban parte de los recorridos turísticos; pensamos que encontraríamos lugares de interés por su mayor autenticidad, con encanto,… pero lo cierto es que no fue así. Es una ciudad en la que no hay mucho más que ver salvo lo señalado como turístico.
- El recorrido que hicimos: Sofia, Plovdiv, Veliko Tarnovo, Koprivshtitsa, Sofía, es un recorrido muy cómodo puesto que son distancias muy asumibles y de carreteras en buen estado. Además con este recorrido se ven 3 ciudades, la capital del país y otras dos ciudades con mucho contenido histórico y muy diferentes entre sí y ambas muy bonitas. Koprivshtitsa es un pueblo muy bonito, pero su atractivo reside en las casas del renacimiento búlgaro de las que en Plovdiv ya se han visto muchas. Yo ahora aconsejaría cambiar esta última parada por alguno de los pueblos con balneario.
- La gente en general es amable, pero tenemos que reconocer que nos encontramos con un número elevado de personas que tuvieron un trato con nosotros muy frío e incluso antipático y desagradable. A pesar de ello creemos que no es suficiente indicio para sacar conclusiones para valorar a la población búlgara.
- Repetir que nuestro viaje fue del día 24 al 31 de diciembre, plena navidad. Que en Bulgaria los días 24, 25, 26 y 27 de diciembre son fiestas ¡Cuatro días de fiestas seguidos! Esto puede condicionar un poco el viaje, no sabemos si para bien o para mal.
Por último quiero hacer una advertencia importante sobre el alquiler del coche. Nosotros hicimos una reserva por internet desde España, pero nos la anularon dos o tres días antes por lo que decidimos hacerla desde Sofía. Preguntamos en el aeropuerto y los precios subían muy significativamente. Por internet vimos que los precios bajaban, por lo que contratamos con Carjet. Pagamos 160 por el alquiler y 316 euros de depósito que devuelven a los pocos días del retorno del coche. En nuestro caso, el dinero del depósito no nos lo han devuelto cuando ya han pasado casi 3 meses y además sin habernos dado ninguna explicación a pesar de múltiples llamadas que hemos realizado. Por lo tanto, os aconsejamos que comprobéis bien la fiabilidad de la empresa.
Viajar primero te deja sin palabras y luego te convierte en un narrador de historias.
Ibn Battuta
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