Ruta en coche por el oeste Americano

Decidir el lugar para un viaje siempre es un momento de mil dudas. En la decisión de viajar a EEUU había varias circunstancias que no eran muy motivadoras:

  • EEUU sabe vender muy bien todo lo suyo.
  • Es un país al que se le pueden achacar errores importantes
  • Buena parte de lo que íbamos a visitar es muy conocido, por lo que teníamos la sensación de que no íbamos a descubrir nada nuevo.

Sin embargo había otros los motivos que nos llevaron a viajar al Oeste Americano. Para empezar tenemos unos familiares que viven cerca de Los Angeles, en concreto en Redlands, cerca de San Bernardino y además esta zona de USA está cargada de muchísimas referencias de toda la vida: el cine, la música, la política…

El planteamiento general del viaje sería pasar cinco días en Redland y desde allí visitar Los Angeles, luego alquilar un coche y hacer un recorrido de 10 días hasta llegar a San Francisco, en donde devolveríamos el coche y permaneceríamos allí 5 días. Un total de 20 días más los días de desplazamiento; puesto que volamos con las Turkish Airline y teníamos escalas superiores a 8 horas (¿?) la compañía nos proporcionó un hotelazo de 4 estrellas para pasar la noche de forma gratuita (es cierto que para entrar en Turquía tuvimos que pagar por el visado 50 euros por persona); esta circunstancia nos permitió dar un buen paseo por la grandiosa Estambul.

Puesto que los hoteles en algunos sitios son excesivamente caros decidimos llevar tiendas de campaña y sacos. De esta forma pudimos pasar la noche en el interior de  El Gran Cañon, Yosemite N.P. y Monument Valley.

Llegamos a Los Angeles el domingo 24 de julio. Allí estaban María y David que nos recogieron en su inmenso coche. Directamente nos fuimos a casa de Asun y Dan donde nos prepararon una estupenda cena frente a un precioso campo de golf y animado por un par de simpáticos malabaristas. Tras cenar nos llevaron hasta Redlands donde invadiríamos la casa y la vida de María por los siguientes 5 días

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A continuación nuestro “diario de viajes” día a día.

Julio y Agosto 2016

1º Día. Los Ángeles: Downtown – Chinatown – Little Tokyo

El despertar resultó duro como consecuencia del cambio horario y el cansancio del vuelo. Pero con todo el entusiasmo del mundo. Tras aproximadamente 1 hora llegamos a:

El Downtown. Es la zona de los edificios más alto de toda la ciudad. En esta zona está el Ayuntamiento de Los Ángeles, un lugar muy filmado y conocido.

Seguidamente, La Catedral de Nuestra Señora de Los Ángeles. Es un enorme y mastodóntico edificio diseñado por Moneo, pero por dentro es un maravilloso espacio de paz y tranquilidad donde la luz adquiere un papel muy bello. Una arquitectura sorprendente

Luego recorrimos la Gran Avenida dónde está el Dorothy Chandler Pavillion, famoso por los orígenes de los Oscars. Al lado está el Walt Disney Concert Hall, de Frank Gehry, que es como una prolongación o anexo del emblemático Guggenheim bilbaíno, quizá menos grandioso, pero más cercano, puesto que puedes pasear por pasillos creados entre los distintos volúmenes del complejo edificio; esto te permite disfrutar mucho de esta gran obra. El magnífico The Broad y algún otro edificio de arquitectura ostentosa. Por esta zona también está el Grand Central Market, que bien vale la pena atravesarlo e incluso tomar algo, aquí se siente un ambiente estupendo, y el edificio Bradbury, en donde se rodaron importantes escenas de Blade Runner. Nosotros estuvimos por toda esta zona hasta primera hora de la tarde que nos fuimos a ver Chinatown, lugar en el que vive una importante y numerosísima comunidad china pero que urbanísticamente no tiene ningún interés y luego nos fuimos a la calle Olvera, lugar que se considera el origen de la ciudad de Los Ángeles. Todo este recorrido nos ocupó casi todo el día y lo hicimos andando. Luego nos fuimos a recoger el coche que lo habíamos dejado en Little Tokyo, dimos una vuelta por esta zona: lo suficiente para comprobar que no ofrece un interés especial.

2º Día. Los Ángeles: Observatorio Griffith – Hollywood – Paseo de la Fama – Rodeo Drive – Santa Mónica

Empezamos el día subiendo con el coche al famoso Observatorio Griffith, lugar en donde se rodó alguna escena de “Rebelde sin causa” como bien queda reflejado en un busto que hay allí dedicado a James Dean, y de La La Land. Desde esta zona se ve el famosísimo letrero de Hollywood y además hay una vista plena de Los Ángeles y su “smoke”. Si no tenéis mucho tiempo es un lugar prescindible. Desde allí fuimos al Paseo de la Fama. Lo más sorprendente de esta zona son las dimensiones tan discretas y chiquitas de todo. La calle es muy normal, el teatro donde se entregan los Oscars no tiene nada especial, el teatro chino es… muy chino. Sin embargo hay un ambiente muy americano, que representa muy bien una parte de este país. Merece la pena. Es un paseo muy agradable y divertido. Hacia el mediodía llegamos a Rodeo Drive. Comimos una hamburguesa buenísima a un precio admisible. Por supuesto hay que recorrer la calle al completo hasta llegar al mítico hotel Four Seasons y pasear por toda la zona. Es una zona de tiendas exclusivas para ricos pero ofrece todo un espectáculo en su bellos escaparates y en las ostentosas actitudes de los compradores. A media tarde nos fuimos a Santa Mónica. Un ambiente de parque de atracciones con imágenes de tiempos pasados muy atractivas. Por supuesto con el letrero del final de la Ruta 66.

3º Día. Los Ángeles: Sunset Strip – Beverly Hills – Bel Air – Venice

Empezamos el día en Sunset Strip, es una zona muy comercial y con una imagen muy americana y que puede representar muy bien esta ciudad. Después dimos una vuelta con el coche por Beverly Hills y Bel Air; para movernos por estas zonas usamos los recorridos aconsejados por algunas guías o encontrados por Intenet. Estas zonas además de estar muy bien cuidadas trasmiten un poderío y fastuosidad proporcional a la envidia que provocan. Qué poderío. Aunque la envidia queda mermada cuando ves las propiedades que acogieron los amargos finales de River Phoneix, Whitney Houston o Mickael Jackson. Por otra parte los muros de construcción o de setos no permiten ver con comodidad las mansiones que en muchos casos quedan muy ocultas. A pesar de los pesares hay que visitar esta zona. Sin llegar a aparcar el coche nos fuimos después para la zona de Venice; allí aparcamos y dimos un gran paseo disfrutando de una estampa típica de la América más frívola: muchos espectáculos callejeros, mucha exhibición y mucho culto al cuerpo o cuerpazo.

Con esto acababan los tres días dedicados a visitar esta enorme ciudad. Nosotros nos movimos con el coche de nuestros anfitriones María y David. Les preguntamos por medios públicos de transporte para no depender de ellos, nos dijeron que no tenían ni idea pero que probablemente fuera imposible moverse con transporte público salvo los taxis. Por supuesto siempre hubo que pagar por aparcar.

Echamos en falta un día más para haber ido más relajados y haber visitado algún lugar más, como el campus de la UCLA, la Universidad de Los Angeles. Nuestra impresión final de Los Ángeles fue muy positiva, en parte porque no esperábamos mucho de ella y porque lo que vimos realmente merece la pena. Además ofrece imágenes muy características de USA y es una ciudad muy diferente a las que veríamos días después: Las Vegas y San Francisco.

4º Día. Los Ángeles: Compras en Cabazón y fiesta familiar

Por la mañana María nos llevó a Cabazón (cerca de Palm Spring), que es una zona de inmensas naves o centros comerciales para hacer inmensas compras. El lugar al que van a comprar los residentes de toda esa zona. Todas las típicas marcas conocidas y no conocidas americanas a unos precios realmente buenos. Para volverse loco.

Por la tarde María nos organizó una fiesta con todas sus amistades, mayoritariamente de origen español y latinoamericano. Genial la fiesta y la gente, no tanto las paellas que hicimos. Fuimos cargados desde España de muchos ingredientes para la paella, pero el arroz preferimos comprarlo allí, y…. ¡No encontramos arroz para paellas¡ A pesar de ello la fiesta fue maravillosa. Muchas gracias a Maria y David por ser tan buenos anfitriones y guías; a Asun y Dan por la cena de bienvenida (y el paseo en su Mustang), a María por su encanto, a Alicia por compartir su coche (un Porsche),  a Edith por su cena que no pudo ser, a Charo, Lola, Odilis, Puchi, Eliana y a Kevin que se desplazó para visitarnos.

5º Día. Recorrido en coche de Redland a El Gran Cañon. 711 km. 7 horas.

Tras los trámites de alquiler empezamos nuestro recorrido. De las etapas que íbamos a hacer la de hoy sería la que abarcaría más distancia y más horas. Sin embargo al poco tiempo de salir de la zona de influencia de Los Angeles te adentras en el Oeste Americano. Una inmensa extensión de tierra virgen para nosotros solos. La esencia del oeste americano. La América profunda. Genial. Decidimos abandonar por unos pocos kilómetros la ruta habitual y dar un pequeño rodeo (Ruta 66) para visitar Oatman, la ruta y el pueblo merecen la pena. También hicimos paradas en Seligman y Kingman. Muy auténtico.

Antes de entrar en el P.N. del Gran Cañon cenamos en Williams, último pueblo antes del Gran Cañon. Para entrar compramos el pase para los P. N. (el precio rondó los 80 euros y a la vuelta a España lo vendimos sin ningún problema por la mitad de precio).

Acampamos siendo ya noche cerrada. Todo muy sencillo, bien indicado, organizado,… sin ningún problema.

6º Día. Gran Cañón

Nos despertamos muy temprano. Qué sensación tan maravillosa salir de la tienda de campaña y encontrarte una familia de ciervos mula. No obstante nada para lo que en unos minutos veríamos. Tras desayunar  en nuestra parcelita del camping nos fuimos a realizar la visita. Dejamos el coche y andando nos acercamos hasta la gran brecha.

¡IMPRESIONANTE! Es increíble cómo una imagen tantas veces vista, tan machacada, puede llegar a impresionar tanto. Las dimensiones son tan bestiales que realmente es emocionante. Además entre que era temprano y que hay un largo paseo desde el que poder observar, la visita se realiza sin aglomeraciones de turistas, incluso puedes estar solo. El parque dispone de unos autobuses que te llevan hasta los diferentes miradores del cañón. Además de estos miradores hay un paseo paralelo al cañón. Realmente muy bien acondicionado en todos los sentidos. Fastuoso. Uno de los paisajes más bestiales que hay por el mundo.

7º Día. Monument Valley

Tras desayunar tomamos el coche y nos fuimos hacia Monument Valley: distancia 243 kilometros, duración 2,30 horas. El recorrido lo hicimos por la carretera 64, paralela al Gran Cañon durante más de 30 kilómetros, de tal forma que constantemente se dejaba ver el Cañon entre los árboles. Un regalazo para el alma… Llegamos hasta Cameron y desde aquí hicimos un desvío hacia Wupatki N. Monument. Aquí disfrutamos de unos campos cubiertos de lava negra. Tan diferente, tan solitario, tan maravilloso…

A primera hora de la tarde llegamos al camping. Nos instalamos y nos fuimos a hacer un recorrido en coche por Monument Valley. Aquí nos volvemos a encontrar con un paisaje muy conocido por un anuncio de tabaco y películas, a pesar de ello nos sorprendió la impresionante belleza del lugar. Además ese magnífico paraje estuvo teñido por la luz roja del atardecer que se sumó a la tierra roja: un paisaje de fuego. Acabamos el día cenando en el camping y recreándonos de haber sido testigos de la naturaleza más grandiosa.

8º Día. Lake Powell y Horseshoe bend

Salimos hacia Page, 200 kilómetros, 2 horas (cálculos aproximados). Aquí contratamos una excursión en un barco por el Lake Powell. Muy bonito. Esta es la zona del Marble Canyon y del Cañon del Antílope. Dedicimos con cierta pena no visitarlos. Es mucho lo que hay que ver en esta zona y hay que sacrificar alguna visita o prolongar el viaje. Pero a cambio visitamos The Horseshoe Bend. Qué vértigo y cuánta belleza. Además esta es una visita rápida que no requiere ni pago, ni horario; se puede visitar en cualquier momento, simplemente dejar el coche, caminar 15 minutos y llegar a una impresionante curva que hace el río Colorado. Continuamos camino hacia Kanab pero por la carretera 89 A. Hay otro camino, pero según habíamos leído éste es más bonito. Y lo cierto es que el camino fue realmente precioso: The Vermilion Cliffs National Monument te va regalando la vista.

Un tip: siempre llevo encima MCPatch de la tienda de fisioterapia Cuidebur por si tenemos dolores musculares. Justo este día tuve dolores en la zona lumbar y pude seguir disfrutando del viaje gracias a esta pequeña terapia.

9º Día. P.N Zion y Las Vegas

Camino a Las Vegas con parada en el P.N. Zion. 320 kilómetro, 3 horas. Pasar por el P.N. Zion quizá supone prolongar un poco el camino, pero claramente merece la pena. Cuando llegamos al Parque fue imposible encontrar aparcamiento, estaba a tope. Hicimos un poco de tiempo,  pero por la hora era difícil que se fuera algún coche. Además había muchos coches buscando espacio. Puesto que tampoco teníamos muy claro hacer los recorridos por el Parque, nos fuimos, pero con la gran satisfacción de que la carretera atraviesa el P.N. y los paisajes son espectaculares.

Llegamos a Las Vegas. Allí nos alojamos en el Hotel Stratosphere. Un hotel de 4 estrellas, con una estructura muy llamativa. Sin embargo nos sorprendió la recepción: unos mostradores altos e individuales con unas interminables filas para hacer el registro de entrada. Parecían las filas del Mercadona en hora punta. Qué poco glamour ¡Con lo predispuestos que estábamos nosotros para recibir un trato de ricos ¡Pero enseguida lo compensamos! Unas habitaciones enormes con unas camas enormes y todo muy limpio y cuidado! Realmente por 65 euros qué más se puede pedir!

Nos alojamos e inmediatamente nos lanzamos a la locura nocturna de Las Vegas. Es cierto que si valoramos fríamente esta ciudad tiene una esencia detestable: un lugar construido para gastar el dinero en el juego y la frivolidad. Pero está tan bien hecho todo; es tan visual, tan espectacular que hay que dejar de lado los prejuicios y quedarte con el lado bueno de la ciudad, que por supuesto lo tiene. Adéntrate en cada uno de los hoteles y disfruta de los espectáculos que ofrecen: las fuentes del Bellagio, los canales del Venetian, el interior de la pirámide del Luxor, la montaña rusa del New York, las atracciones en lo alto del Stratosphere (solo si no tienes vértigo y te gustan las emociones fortísimas), los suelos de mármoles pulidos del Cesar, la reproducción de la Torre Eiffel, los jardines del Mirage, la erupción del Treasure Island… Todo esto además no supone ningún gasto de dinero salvo las atracciones vertiginosas del Stratosphere, el resto es todo gratis; por supuesto no hay ninguna obligación de gastar un dólar en los casinos.

10º día. Las Vegas.

Tras el desayuno nos fuimos a ver algún hotel que no pudimos ver la tarde noche anterior. A media mañana cogimos el coche y nos fuimos al famosísimo letrero de “Las Vegas”, una pequeña debilidad, y después nos fuimos a unos Outlet (Premium) inmensos y estupendos. Aquí sí que tuvimos la impresión de poderío. Qué buenas compras. Cuántas bolsas. Además es una buena forma de evitar el calor del mediodía.

Después de un descansito nos fuimos a media tarde a Fremont St., los orígenes de Las Vegas. Es una calle con un toque añejo, tiene una bóveda de más de un kilómetro semitransparente que al anochecer es una inmensa pantalla; hay unas tirolinas en las que vuelan personas y muchos y buenos artistas callejeros. Un conjunto que conforman un espectáculo único. Imprescindible. Después,  a un paso está el Hotel Main Street Station, un hotel con mucho encanto, con un buffet muy asequible y estupendo.

11º día. El Valle de la Muerte.

Hoy dejamos Las Vegas; pero antes había que probar las atracciones que hay en la azotea y nuestro hotel y que recoge unos cuantos récords. Tremendas las atracciones. Me encantan las sensaciones fuertes. Pero éstas son demasiado fuertes o bien hay que ir sin desayunar, ya no os cuento más.

Tras poco más de 2 horas llegamos al Death Valley N. P. En principio era un Parque que no nos despertaba gran entusiasmo. Además es uno de los sitios más calurosos del mundo. Pero estaba en mitad de nuestro camino. Sin embargo este lugar es sorprendente, tiene una gran fuerza tanto por sus formas como por sus colores. Es alucinante cómo un paraje tan seco puede conformar unas imágenes tan brutales. Impresionante e imprescindible.

Los sitios más importantes de ver son Dante’s view (29 km camino de ida y vuelta), Zabriskie point, Devil’s Golf Course (10 minutos camino de tierra), Artist drive (un corto recorrido en coche por un camino de mil tonalidades entre el amarillo y el rojo), Mesquite flat (dunas) y The Mossaic Canyon. Casi toda la visita la hicimos cómodamente desde el interior del coche, hicimos algunas bajadas que no fueron ningún sacrifio, más bien el cuerpo nos lo pedía. Brutal.

Una vez que salimos de El Valle y tras 40 minutos llegamos a Lone Pine donde pasamos la noche. Un hotel con piscina para desentumecer el cuerpo. Lástima cuando estábamos a punto de meternos en el agua un niño pequeño vomitó dentro. Hoy era el día de los vómitos.

12º Día. Mammoth Lakes

Tras 1 hora llegamos a la zona de Mammoth Lakes. Hicimos un recorrido completo con el coche haciendo las paradas en los lugares destacados. Es el típico paisaje de montañas cubiertas de enormes coníferas, con agua por todos los lados, con un ambiente muy tranquilo y con una temperatura fresquita. Un sitio de fines de semana para los americanos con cierto nivel adquisitivo. Un paisaje muy bello, muy agradable de pasear y muy diferente a todo lo que habíamos visto hasta ahora.

13º Día. Mono Lake y Yosemite

En media hora llegamos a Mono Lake. Es un lugar que no supone ningún desvío y que ofrece una imagen muy rara, muy original, con formaciones de sal muy curiosas. A pesar de la invasión de moscas enanas que hay merece la pena la parada.

Y tras una hora te adentras en el Yosemite N.P. Era otro de los lugares que me provocaban una gran emoción e ilusión y el recorrido desde la carretera era maravilloso. Espacios amplísimos, con montañas cubiertas de árboles o rocas de granito por todos los lados, con torrentes de agua y lagos. Decidimos parar en uno de los lagos donde podíamos tomar un baño: el agua fría, pero que muy fría, pero qué importa cuando estás en una naturaleza tan generosa y grandiosa.

Tras el chapuzón continuamos camino hasta nuestro camping Hodgdon Meadow. Instalamos las tiendas, todo muy bien organizado. Nos impresionó bastante el hecho de que los osos pueden aparecer por el reclamo de la comida.

Os dejamos dos mapas de Yosemite N.P.

En este aparece todo el área del Parque la línea negra superior es de la carretera 120 que tomamos para ir desde Mono Lake al camping; lo hicimos de derecha a izquierda. En este camino está el Tenaya Lake donde nos bañamos. El paisaje en este camino es maravilloso pero la zona más conocida y apoteósica del parque es la que recorre la doble línea roja que hay bajo el letrero de “Yosemite Valley”. El mapa de abajo recoge esta zona con detalle.

Cuando se realizan viajes de varias semanas se pierde la noción del día en el que se vive. Pero cuando nos adentramos en el “loop” o circuito circular que recorre el Valle caímos en la cuenta de que era Sábado porque había tantos coches que nos quedamos bloqueados en un gran tapón que fue avanzando con lentitud. Pero dejamos de lado esta importante circunstancia.

El Valle ofrece de nuevo una imagen muy conocida, muy icónica; pero las dimensiones son tan bestiales, el valle tan pronunciado, el agua por todos los lados, ríos, lagos, cascadas, la superficie de la gran Dome tan inmensa… que emociona. Pura belleza.

Decidimos hacer un paseo hasta las Cascadas Vernal. Es un paseo cuesta arriba de 40 minutos, acabas sudando pero no supone un gran esfuerzo, cualquier persona con una salud normal puede hacerlo. Merece la pena hacerlo.

Al bajar dimos una vuelta recreándonos del espectáculo visual que hay hacia todas las direcciones.

Esa noche mientras cenábamos (con la mente puesta en los osos) decidimos cambiar nuestro plan. En principio el día siguiente lo pasaríamos entero en Yosemite para hacer recorridos diversos, entre ellos El Glacier Point. Pero ante la avalancha de gente y puesto que estábamos felices con todo lo que habíamos visto y disfrutado decidimos irnos el día siguiente aunque teníamos la reserva del camping para dos días.

Al irnos comentamos a los empleados de la recepción del camping que nos ìbamos aún teniendo la reserva ya pagada. Nuestra intención era que la pudieran utilizar para otras personas puesto que las plazas se agotan con meses de antelación. Nos dijeron que nos devolverían el dinero. Ni le dimos importancia ni nos lo creímos, pero a los pocos días comprobamos que nos habían hecho el reembolso. Nos sorprendió mucho. Qué eficacia y qué honestidad.

14º Día. Sacramento

Amanecimos sin visita de osos, pero sí de unos feos pajarracos que nos picotearon nuestra nevera de corcho blanco hasta llegar a todo nuestro desayuno. Nos quedamos sin desayunar. Monstruos. Empezamos el día sin saber dónde pasaríamos la noche. Qué mejor que visitar la capital de California: ¿San Francisco, Los Ángeles? Nooooo, Sacramento. Mientras íbamos dejando atrás los bosques de Yosemite, conectamos Internet y reservamos un hotel con piscina en la ciudad.

Tras alojarnos nos fuimos a visitar la ciudad. Lo primero que vimos fue el Capitolio, muy grande y muy parecido al de Washington. Después nos fuimos paseando hasta la parte antigua de Sacramento. Esta zona es una reconstrucción de un pueblo típico del oeste. En principio es algo que no parece muy atractivo, pero sí lo es. Me encanto. Muy curioso y pintoresco.

Después de un baño reconfortante, refrescante, estimulante y otros muchos “–ante” en la piscina del hotel dimos un paseo hasta un río en donde vivimos el plan dominguero de los sacramentinos, o cómo se llamen. Allí fuimos testigos de cómo se saca el barco de recreo del rio ¡un chico de 10 años aproximadamente maniobrando el todoterreno de su padre!

Cenita y a dormir.

15º Día. Llegada a San Francisco

Tomamos la carretera 80 y poco después de una hora llegamos a Berkeley e hicimos una parada en el Campus de la Universidad de Berkeley (creo que es una de las mejores universidades del mundo). Es que hasta dan ganas de estudiar Matemática Cuántica para vivir este ambiente. Cómo me gustan estos espacios universitarios y como los echo de menos.

De nuevo en el coche nos preparamos para la entrada en San Francisco. Tomamos un puente que atraviesa toda la bahía y desde la que se ve toda la línea del cielo de S.F.  Se te tensa todo el cuerpo. Pura emoción. Una vista grandiosa. Hasta los tapones de tráfico son bonitos.

La llegada al hotel sin embargo intentaron estropeárnosla. El trato fue increíblemente malo. Con lo resalaos que somos. No sabemos si pudo influir la lucha con el hotel que tuvimos meses atrás. Os cuento un poco. La reserva la hicimos por Booking en febrero, con 6 meses de antelación, y por mayo recibimos un mensaje del hotel diciéndonos que la tarifa que nos habían dado inicialmente había subido y que nos daban dos opciones: o pagábamos el incremento o bien nos daban la opción de anular la reserva… (“Joputas”, se les olvidaba la tercera opción: que se tragasen ellos su error). Por supuesto nos pusimos en contacto con Booking y enseguida nos lo resolvieron. La reserva quedó igual que en su origen. No obstante el mal trato de la recepción quedó compensado por la ubicación: pegaditos a Union Square. Muy cómodo para todas las visitas, de hecho sólo tomamos medio de transporte algunos días para volver a última hora de la tarde. Es decir, ésta es una buena zona para alojarse.

Esa misma tarde nos fuimos a Chinatown puesto que estaba muy cerca. Chino, chinísimo y además muy bonito. Por supuesto cena china buenísima y buen precio.

15º día. Golden Gate – San Jose – Google – Apple City

Tomamos el coche del parking de pago (y qué pago) y nos fuimos al Golden Gate. Impresionante. Qué vistas, qué belleza. Una estructura bestial, con un color potente, en un paraje bello, a una altura vertiginosa, con unos jardines cuidadísimos. Desde un lado, desde el otro, en cualquier dirección. El cuerpo “encojío”; no se puede pedir más.

Por supuesto atravesamos el puente. Sabíamos que había que pagar. Pero nosotros no pagamos. Nos habíamos colado, jaaaaaaa. ¡Nosotros sin quererlo y habíamos engañado al ayuntamiento de San Francisco! Fuimos hasta Sausalito, dimos una breve vuelta por allí. Bonito sin más.

Nos fuimos a San José, municipio a 50 minutos de S.F, a ver a nuestro amigo portugués Joe que vive allí. Nos dio una vuelta por el centro de San Jose, visitamos una iglesia a la que va el colectivo portugués y luego le pedimos que nos llevara a la sede de Google y de Apple. Qué sensación pensar que en esa zona están revolucionando nuestras vidas en lo más cotidiano. En ambos sitios se respira un ambiente de perfección, con unos edificios de un diseño muy contemporáneo, con un ajardinamiento cuidadísimo, con bicicletas por todos los sitios, asientos de diseño, gente joven… y guapa… y listos… y educados… y amables (ufff, creo que me puede la pasión). El día se iba y nosotros también nos volvimos. Según nos íbamos acercando a S.F. la ciudad nos ofrece otras vistas panorámicas de la ciudad muy impresionantes.

16º día. San Francisco

Hoy nos toca ir a devolver el coche, pero antes queremos vivir Lombard Street, llegamos con el coche, nos tocó esperar un rato en la fila de coches que esperaban lo mismo que nosotros y bajamos la calle. Otra imagen icónica. Luego ya a la oficina de alquiler de coche. Allí nos preguntan cómo habíamos pagado el Golden Gate. Les decimos que las taquillas de peaje estaban abiertas para todo el mundo, que nadie nos paró, ni nos pidieron dinero, ni nada de nada. Nos dicen que entonces tendremos que ir a unas oficinas gestoras del paso del Golden y pagar allí. Nos vamos andando, no estaba demasiado lejos; al llegar un letrero nos comunica que han cambiado la dirección; otro largo paseo hasta la nueva dirección… Todita la mañana perdida y encima con la cabeza agachada ¡Por listillos! Menos mal que todos estos paseos fueron por la zona del Museo de Arte Moderno de S.F y es una zona de edificios altos con mucho poderío y muchas salas de exposiciones. Aunque nos cambió los planes al final el paseo mereció la pena. Lo disfrutamos mucho.

17º, 18º y 19º días. San Francisco

A partir de ese momento ya el resto del tiempo fue patear la ciudad. Fuimos a todos los sitios que aparecen en las guías:

Fisherman’s Wharf. El antiguo puerto que actualmente está orientado como lugar de ocio y esparcimiento, un lugar para domingueros y muchos turistas. En el muelle 39 hay una gran colonia de Leones marinos que son un auténtico espectáculo. En general es un sitio agradable, con encanto. Un lugar muy típico. Aquí disfrutamos de las hamburguesas In and Out. Buenísimas, se me cae la baba recordándolas.

Alamo Square. Además de la plaza en sí, todos los alrededores está llenos de preciosas casas victorianas; es una zona muy bonita, una imagen muy icónica de S.F.; pero casas victorianas veréis muchas.

El Castro. Uno de los primeros barrios gay del mundo. Como era de esperar un barrio de alto nivel, con las casas muy coquetas y cuidadísimas. Aunque vida callejera no ha bía mucha.

The Financial District. La zona más moderna de S.F., con edificios muy nuevos con deseos de llamar la atención, grandes esculturas, ajardinamientos exquisitos, pasarelas para los peatones que se adentran por rincones, con recepciones inmensas y una decoraciones vanguardistas. Me encantó.

Haight Ashbury o barrio hippy. Uno de los lugares más emblemáticos de todo este movimiento en todo el mundo. Lógicamente Janis Joplin se siente en esta zona. Y Jimmy Hendrix. En general una zona muy bonita, con personalidad, buen ambiente…

El Golden Gate Park. El gran parque de la ciudad. Muy bonito.

Podríamos seguir mencionando los típicos lugares de S.F. pero creo que es más importante dejar dicho que lo mejor es callejear la ciudad tomando como referencia estos lugares y dejarse perder con los movimientos de la gente, de edificios u otros puntos que os llamen la atención. Es una ciudad en un enclave muy impresionante tanto por la bahía a un lado como por el océano por otro, con un relieve muy irregular que crea cantidad de puntos desde donde se obtienen vistas panorámicas; con una arquitectura colonial muy bonita, muy colorida y muy cuidada; con zonas de una arquitectura contemporánea destacable a nivel mundial. Es una ciudad muy viva, con calles muy animadas, con muchísimo comercio, que incluye desde tiendas con mucho encanto a centros comerciales en donde se pueden encontrar marcas americanas a muy buenos precios. Una ciudad que además de recrear la vista la puedes disfrutar con todos los sentidos. Una ciudad para ser feliz.

Con esto agotamos nuestros días. Sólo queda el triste día 20. Vuelta a España con parada de nuevo en Estambul.

CONCLUSIONES:

Cada año hacemos una media de 4 viajes: Semana Santa, Magdalena (las fiestas de mi ciudad Castellón), Pascua y verano. Evidentemente el más prolongado e importante es el del verano. Con esto quiero decir que ya hemos viajado mucho y que tenemos un cierto conocimiento de lo que es viajar y desde esta experiencia os digo que éste ha sido uno de los viajes más completos y redondos ¿Por qué?

  • El coste de vida allí es muy parecido al de España
  • La gente es muy amable.
  • La sensación de inseguridad aquí no la tienes en ningún momento
  • El alquiler de coche es muy barato.
  • La infraestructura para viajar cubre cualquier exigencia.
  • Las carreteras son buenas y muy poco transitadas. Solo en Los Angeles y San Francisco hay tapones de tráfico.
  • Las tres ciudades grandes que se visitan son muy diferentes entre sí y en concreto San Francisco es una de las ciudades más bellas del mundo.
  • La variedad de paisajes es tremenda pasando de desiertos con miles de tonalidades “tierra” a superficies volcánicas negras o a bosques frondosos llenos de ríos y lagos. Además en este recorrido verás algunos de los paisajes más impresionantes del mundo.

En definitiva un viaje 10.

Adjunto drive con calendario, hoteles, precios, distancias…

Introducimos la sección #ElArteDelVueloDePaula.

Para ambientaros en este viaje os aconsejamos las siguientes maravillas.

  • Películas: Vértigo (San Francisco), Mi nombre es Khan (San Francisco), Centauros del desierto (Monument Valley), Leaving Las Vegas (Las Vegas), Ocean’s Eleven (Las Vegas), La La Land (Los Ángeles).

Hasta un nuevo Vuelo.

Nuestro destino de viaje nunca es un lugar, sino una nueva forma de ver las cosas

Henry Miller

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2 comentarios sobre “Ruta en coche por el oeste Americano

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